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Las drogas y nuestros hijos (página 2)



Partes: 1, 2

Cuando hablamos de drogas utilzamos un
vocabulario que muchas veces utilizamos de manera erronea o
inexacta. ¿Qué diferencia hay entre droga,
fármaco, medicina? ¿qué es un
psicoactivo?¿Cuál es la diferencia entre
psicoactivos naturales y sintéticos? En definitiva un
compendio de palabrejas, conceptos y términos que estamos
acostumbrados a utilizar, y que no estaría nada mal
concretar qué son en dos palabras. Para ello les dejo esta
columna de informacion que recoge de manera muy concreta y
accesible las respuestas a todas estas preguntas acerca del mundo
de las drogas. Asimismo puede ser un recurso para trabajar con
menores ya que sus estructura permite que accedan a esta
información de una menra muy sencilla.
específicamente las funciones del Sistema Nervioso Central
(SNC), compuesto por el cerebro y la médula espinal, se
denominan psicoactivos. Estas sustancias son capaces de inhibir
el dolor, modificar el estado anímico o alterar las
percepciones, por ejemplo. ¿De qué depende el hecho
de que los psicoactivos actúen como remedios o como
venenos? Depende de: 1) su grado de pureza, 2) las dosis y las
modalidades de empleo, 3) las condiciones de acceso y las pautas
culturales de consumo, 4) el estado físico, emocional,
mental y espiritual del usuario. Los mismos psicoactivos pueden
resultar benéficos o dañinos, terapéuticos o
tóxicos, según quien, cuando, cuanto, cómo y
con qué fin los consuma. Por desgracia existe una gran
desinformación al respecto que -aunada a una serie de
mitos y prejuicios- repercute sobre la salud, el calificativo
moral e incluso el trato cívico y legal de sus
consumidores. ¿Cuál es la diferencia entre drogas,
fármacos y medicinas? El término pharmacon era
utilizado en la antigüedad para describir tanto a los
medicamentos como a los venenos, y no había
distinción terminolágoca entra aquellos con
utilidad terapéutica sobre el cuerpo físico o sobre
el cuerpo mental, como es el caso de las sustancias capaces de
alterar la conciencia. Desgraciadamente, lo que antes era
sinónimo hoy se encuentra disociado. Aún cuando
fármaco y droga continúan empleándose de
manera indistinta dentro de la literatura especializada, en la
percepción popular se consideran cosas por completo
diferentes. Ahora se habla de medicinas y de drogas. Se dice que
las medicinas alivian el sufrimiento, luchan contra la muerte,
son buenas y se venden en farmacias.

Se cree que las drogas originan trastornos
severos, provocan la muerte, son malas y por eso están
prohibidas. Bajo esta lógica, considerar al agua como un
veneno parecería broma, no obstante, tres o cuatro litros
producen envenenamiento mortal en los niños; mientras que
en un adulto, más de veinte litros diarios generan una
secreción excesiva de orina y una propensión a la
retención de cloro que ocasiona la deshidratación
celular y eventualmente la muerte. El curare es un buen ejemplo
de un pharmacon, un remedio que es a la vez un veneno. En dosis
altas es uno de los venenos más poderosos que existe y en
dosis bajas es un anestésico local. Los jíbaros lo
usan para envenenar los dardos de sus cervatanas cuando van a la
selva a cazar animales pues en dosis elevadas paraliza totalmente
los músculos y las presas mueren por asfixia. Pero los
cirujanos también lo usan en dosis muy bajas para relajar
los músculos de sus pacientes en operaciones que requieren
incisiones abdominales. Otro ejemplo: el psicoactivo MDMA, mejor
conocido como éxtasis. En las primeras etapas de
investigación científica previas a su
prohibición, demostró tener notables utilidades
terapéuticas en psicoterapia; pero después de su
prohibición, el uso irresponsable de este fármaco
ocasionó la muerte de varios jóvenes en Europa
debido al desconocimiento de su utilización y actualmente
está provocando diversos trastornos en personas que abusan
de él y están expuestos a las adulteraciones
debidas a la falta de controles de calidad en el mercado negro.
Así es que, concluyendo: No hay diferencia entre un
fármaco, una medicina y una droga. Cualquier sustancia
psicoactiva puede servir como remedio o como veneno dependiendo
de las circunstancias en las que sea utilizada.
¿Qué es un alcaloide? En el lenguaje
químico, los alcaloides se definen como substancias
alcalinas que contienen nitrógeno y que representan los
principios activos, desde un punto de vista farmacológico,
de numerosas plantas y compuestos sintéticos.
¿Qué es un principio activo? Es una sustancia
química capaz de producir un efecto farmacológico
sobre un organismo vivo. Por ejemplo, el peyote, tiene cerca de
50 principios activos, el más importante de ellos, es un
alcaloide llamado mezcalina. ¿Qué es un
neurotransmisor? En el cuerpo humano, la comunicación
entre las células se realiza a través del sistema
endocrino y del sistema neuronal. El mecanismo es
básicamente éste: ante un determinado
estímulo, el organismo reacciona liberando una serie de
sustancias que se llaman hormonas si las producen las
glándulas endocrinas y se liberan al torrente
sanguíneo, o neurotransmisores, si las produce el cerebro
y se liberan a nivel local dentro del mismo para producir una
comunicación entre neuronas. Esto equivale a decir que los
neurotransmisores son las drogas naturales (acetilcolina,
adrenalina, noradrenalina, norepinefrina, melatinina, serotonina,
histamina, dopamina, etc.) que el sistema nervioso necesita para
intercambiar información y ejercer control sobre el resto
del cuerpo. Los neurotransmisores actúan ocupando sus
receptores específicos dentro de ciertas áreas del
cerebro dedicadas a controlar funciones particulares. La
acetilcolina, por ejemplo, controla los músculos del
esqueleto (el diafragma y todos los músculos asociados con
el movimiento); y comparte con otro neurotransmisor llamado
norepinefrina, la responsabilidad de controlar los
músculos lisos (las paredes de los órganos internos
y los vasos sanguíneos) y el músculo
cardíaco.

¿Cómo actúa una droga
psicoactiva? Imagínate que las células son como
habitaciones del gran templo que es tu organismo, los receptores
de dichas células-habitaciones son sus cerraduras, y las
hormonas o neurotransmisores son las llaves que abren o bloquean
esas cerraduras. Un neurotransmisor u hormona que abra la
cerradura, recibe el nombre de agonista, mientras que uno que
atasque la cerradura e impida que se abra la puerta, es un
antagonista. La estructura química de las sustancias
psicoactivas es muy similar a la de ciertos neurotransmisores u
hormonas del SNC, por lo que pueden alterar temporalmente el
funcionamiento habitual del organismo humano actuando como
agonistas o antagonistas de los receptores celulares. Funcionan
más como hormonas que como neurotransmisores, pues al ser
consumidas penetran en el torrente sanguíneo como las
secreciones glandulares y no únicamente en el cerebro,
como ocurre con los neurotransmisores. ¿Cuál es la
diferencia entre psicoactivos naturales y
sintéticos?

Comúnmente se da por sentado que un
psicoactivo natural es una planta cuyas hojas, tallos,
raíces, segregaciones y/o frutos se pueden comer, fumar
y/o beber en infusiones o deccocciones; mientras que un
psicoactivo sintético requiere algún tipo de
síntesis o procedimiento químico de menor o mayor
complejidad para extraer los principios activos de una planta con
intención de consimirlos, o para manipularlos a fin de
producir un nuevo compuesto químico previamente
inexistente como tal en el mundo vegetal. Muchas personas
consideran que el organismo humano está más
preparado para asimilar un psicoactivo natural que uno
sintético, sin embargo, la mayoría de los
químicos y farmacólogos opinan lo contrario. El
farmacólogo Jonathan Ott por ejemplo, asegura que
cualquier principio activo, ya sea sintetizado por una planta o
por un químico profesional, tiene la misma estructura
química y los mismos efectos biológicos; dice
también que sintetizada por un profesional hay una
garantía de mayor pureza con la ventaja de que es
más higiénico y más fácil de
consumir. Como ejemplo cita al peyote asegurando que el principio
activo que éste produce, la mezcalina, es exactamente la
misma que la que puede hacer un químico y que es
más agradable tomar el polvo blanco en una cápsula
que ingerir un peyote crudo cuyo sabor es demasiado amargo y cuyo
consumo muchas veces se lleva a cabo en condiciones que él
encuentra poco higiénicas. Le parece que preferir comer
una planta amarga es una reminiscencia del "miedo primal a los
dioses" y explica: "Se piensa que las drogas y las vitaminas
hechas por seres humanos no son naturales y son peligrosas,
mientras que idénticas drogas y vitaminas hechas por
plantas son dadas por dios y son seguras. Intentar hacer hacer
cosas formalmente hechas sólo por los dioses es cometer el
pecado de Prometeo, ¡robar fuego de los dioses!"
(12)

Por contraposición, se puede
argumentar que durante siglos, miles de personas han consumido el
peyote de la misma forma que Ott encuentra antihigiénica y
que, aunque gran parte de los efectos del peyote se deban a la
acción de la mezcalina, en esta planta cactácea se
han encontrado cerca de 50 alcaloides más que pueden
contribuir a que la experiencia con la planta sea diferente a la
de la cápsula de mezcalina pura; la peyotina, por ejemplo,
presenta efectos narcóticos cuando se consume de forma
aislada. Aún no hay estudios suficientes acerca de la
sinergia u efectos combinados que puede haber entre los distintos
principios activos presentes en las plantas psicoactivas. Tal
como se ha demostrado en el caso de las vitaminas, el cuerpo
requiere ciertos componentes químicos para poder
asimilarlas, ya que hay un equilibrio muy complejo en el sistema
orgánico. Por ejemplo, una naranja, fuente natural de
vitamina C, también contiende pequeñas cantidades
de calcio, indispensable para que el organismo pueda asimilar la
vitamina C.

Para asimilar comprimidos de vitamina C, el
organismo también requiere calcio y si no lo encuntra
disponible en cantidades suficientes, utiliza el calcio
almacenado en los huesos, por lo que una sobredosis continua de
comprimidos de vitamina C puede llegar a resultar dañina.
Así es que mientras nuestro conocimiento siga siendo
parcial y no total, seguiremos siendo Prometeos falibles y no
dioses inmortales, lo cual no quierre decir que hay que
decantarnos única y exclusivamente por las plantas
psicoactivas, sino que debemos actuar con mucha
consideración y cautela en estas cuestiones. ¿Los
psicoactivos producen o desencadenan efectos? Los efectos de las
drogas psicoactivas sobre el SNC no están dados por sus
cualidades intrínsecas, sino por su capacidad de afectar
el funcionamiento ordinario del SNC. Es decir, si un psicoactivo
actúa como agonista de la serotonina, por ejemplo,
potencia el efecto fisiológico de la serotonina; mientras
que si actúa como antagonista, bloquea los receptores e
impide que la serotonina realice su función
biológica. Así, la ocupación de los
receptores no produce ningún efecto distinto, sino que
simplemente afecta la intensidad o la duración de los
efectos habituales de los neurotransmisores u hormonas
corporales. De tal forma que puede afirmarse que las drogas
psicoactivas en sí, no producen ningún efecto
anómalo sobre la mente humana, sino que sólo
interfieren con los complejos mecanismos que regulan el SNC
alterando o modificando temporalmente su funcionamiento habitual
(o permanentemente si se abusa de algunas de ellas). Incluso se
ha llegado a decir que los psicoactivos actúan como meros
catalizadores de ciertos efectos que produce el propio cerebro
mediante sus propias drogas endógenas o neurotransmisores.
Como ejemplo se cita el caso de la LSD que ya ha desaparecido
completamente del organismo cuando apenas comienzan a
manifestarse los efectos más álgidos tras su
ingestión. Se cree que la LSD podría haber
producido todo un desajuste o un reajuste (según la
óptica) en el sistema serotoninérgico, y el retorno
al estado ordinario de conciencia sería percibido como un
"estado alterado o modificado" de la misma. ¿Cuáles
son los neurotransmisores más involucrados con las drogas
psicoactivas? Serotonina: La mayoría de las neuronas que
sintetizan serotonina se localizan en el cerebro medio y en los
denominados núcleos de rafe.

Este neurotransmisor posee una amplia gama
de receptores y está implicado en muy diversas
funciones.

* Participa en la inducción de
sueño, de tal forma que su ausencia produce
insomnio.

* Tiene cierta actividad en la
regulación de la temperatura corporal y el control del
mito.

* Es un neurotransmisor de las neuronas que
transmiten las sensaciones de dolor.

* Está directamente involucrado en
el control de los estados de ánimo, de las emociones, de
la percepción sensorial y de funciones cognitivas
superiores.

* Cuando se producen determinados
estímulos sensoriales que ponen en alerta al individuo, su
descarga cesa en forma inmediata. Actúa como una especie
de filtro de señales externas que da primacía a los
estímulos que se consideran importantes para facilitar la
toma de decisiones.

* La lesión en neuronas
serotoninérgicas produce activación motora y un
aumento en la irritabilidad y la agresividad.

* Es posible que la serotonina tenga una
actividad autorreguladora, ya que la presenciad e una determinada
concentración de serotonina inhibe a las neuronas de los
núcleos de rafe, impidiendo así la síntesis
de más serotonina. La degradación de este
neurotransmisor, esto es, su transformación en una
molécula inactiva, la lleva a cabo la enzima reguladora
del sistema serotoninérgico: la enzima monoamino-oxidasa
(MAO), que actúa en general oxidando el grupo amino de la
molécula, que incluye además de la serotonina, a la
melatonina, la adrenalina y cualquier molécula
estructuralmente similar. Se sabe que la LSD y la DMT pueden
actuar como agonistas frente a receptores
serotoninérgicos, o sea, son llaves capaces de abrir las
habitaciones que sintetizan la serotonina. Melatonina: Se
sintetiza a partir de la serotonina, principalmente en la
glándula pineal, cede del alma, según los antiguos.
Mientras su concentración en la sangre es alta hasta los
siete primeros años, comúnmente decrece hacia el
final de la pubertad, permaneciendo baja el resto de la
vida.

* Está implicada en la
regulación del reloj biológico de los seres humanos
(ciclos de sueño-vigilia) y de la regulación
fisiológica de la retina.

* Tiene efectos hipnóticos y
actúa como fototrasductor, transformando las
señales luminosas, como la presencia o ausencia de luz, en
señales hormonales.

Basado en estas funciones, Raúl de
la Flor Aguirre especula: Recordemos que las concentraciones de
melatonina son muy diferentes en la infancia y en la madurez y
esto, aunado al papel que desempeña la serotonina como
filtro de percepciones, puede ser la explicación de que
bajo los efectos de un visionario seamos capaces de apreciar la
belleza en las cosas más cotidianas… como un niño
que se encuentra en fase de aprendizaje y cualquier cosa le
parece novedosa, por eso fija su atención en las cosas
más simples… En contrapartida, si la sustancia anula ese
filtro de percepciones, podemos caer en estados de paranoia en
los que cualquier percepción, que obviaríamos en
condiciones normales, nos pone en alerta y hace que nos
consideremos en peligro. (11)

¿Cuáles pueden ser las
vías de administración de una droga? Para que un
fármaco logre actuar, en primer lugar debe ser introducido
al organismo y en segundo lugar, debe llegar al sitio de
acción. En el caso de los psicofármacos, este sitio
de acción está localizado en alguna parte del
Sistema Nervioso Central, un sistema al que es difícil
acceder porque cuenta con una protección conocida como la
barrera hemoencefalítica. Gracias a ella, no todo lo que
entra a la sangre puede pasar hacia el cerebro y la médula
espinal. Para lograrlo, las drogas psicoactivas deben ser
liposolubles, ya que los lípidos (grasas) pueden atravesar
fácilmente las membranas de la barrera. Para introducir un
psicofármaco al organismo existen básicamente tres
vías de administración: oral (la ingestión
de pastillas, grageas, tabletas, gotas, plantas, bebidas o
alimentos que contengan alcaloides psicoactivos), pulmonar (a
través del acto de fumar, por la aspiración de
polvos o la inhalación de vapores) y parenteral (por medio
de una inyección que puede ser intravenosa,
subcutánea o intramuscular). ¿Cómo se
determina la potencia de un psicoactivo? La potencia de un
psicoactivo depende del grado de afinidad que tenga con los
neuroreceptores. Se dice que la LSD es el psicoactivo más
potente que se conoce porque en la sustancia más
afín a los receptores de la serotonina, dado lo cual se
requiere una menor cantidad de LSD en el torrente
sanguíneo para que se manifiesten sus efectos, que una de
DMT, por ejemplo. La afinidad es pues la facilidad con la que la
llave encaja en la cerradura-receptor y la abre. La
concentración mide el número de veces que se
intenta girar la llave. Las moléculas menos afines
necesitan mayores oportunidades para intentar abrir las puertas y
dichas oportunidades se consiguen aumentando la
concentración del psicoactivo en la sangre. Por eso es que
conforme la afinidad sea mayor, mayor es su potencia.
¿Cómo se determina la toxicidad? Lo tóxico
de una droga no es la droga en sí misma sino las
concentraciones de ésta en proporción a cierta
medida, que en el ser humano es el kilo de peso. Existe una
estrecha relación entre la concentración de una
droga en el organismo y la cantidad de complejos que se
forman.

El efecto de una droga varía con esa
concentración hasta alcanzar un valor máximo,
pasado el cual ningún incremento en la
concentración resulta más efectivo. La dosis activa
media es definida como aquella que produce el 50% del
máximo efecto obtenible en un grupo de personas o animales
sometido a estudio, mientras la dosis letal media es aquella que
causa mortalidad en el 50% de los miembros del grupo estudiado.
La toxicidad o el margen de seguridad de una droga está
determinado por la proporción entre la dosis activa y la
dosis letal. En la Aspirina®, por ejemplo, ese margen de
seguridad es de 1/20, mientras que en la heroína es de
1/30 y en el LSD es de 1/650. Efectos psicológicos: Son el
conjunto de sensaciones mentales que se producen en una persona
bajo el efecto de cualquier sustancia psicoactiva. Hay dos
aspectos que influyen profundamente en una experiencia con
cualquier droga. Estos aspectos se conocen como el set y el
setting. El set se refiere a lo que el consumidor aporta
personalmente a la experiencia: su fortaleza psíquica y
física, las huellas mentales de su infancia, su
aprendizaje vital, sus tendencias emocionales e intelectuales,
sus motivaciones e intenciones, su preparación para la
sesión. Es decir, el set es aquello que incumbe al
individuo. (Ver más respecto al respecto en
Cartografía de la experiencia psiocactiva)

El setting es el ambiente, tanto
físico como humano, que rodea al consumidor durante la
experiencia. En el setting se incluyen a las otras personas
presentes durante la sesión. Es fundamental que con ellas
exista una gran confianza para que la experiencia sea positiva,
puesto que las sustancias psicoactivas pueden ampliar cualquier
suspicacia existente. Dos psicólogos norteamericanos
(Schater y Singer) fueron los primeros en demostrar que una misma
droga produce efectos diferentes en función del set y del
setting. (2) En el transcurso de uno de sus experimentos pudieron
probar, por ejemplo, que a una misma persona, la amfetamina le
provocaba angustia si la consumía en un entorno social
tenso y le producía euforia si la usaba en ambientes
placenteros.

Efectos fisiológicos: Se denomina
así al conjunto de sensaciones físicas que se
producen bajo el efecto de cualquier sustancia psicoactiva, tales
como cambios en la temperatura corporal, alteraciones de la
frecuencia cardiaca o la presión arterial, alteraciones
preceptuales, etc. Los efectos fisiológicos de un
psicofármaco pueden verse condicionados por las afecciones
orgánicas de la persona que los consume en un determinado
momento y por la interacción con otros fármacos que
se administren previa o simultáneamente, e incluso por la
ingestión de ciertos alimentos que pueden inhibir o
dificultar su asimilación. Efectos secundarios: Siempre
que se emplea una droga persiguiendo un fin determinado -ya sea
recreativo, ritual o terapéutico- se corre el riesgo de
provocar al mismo tiempo reacciones secundarias a nivel
fisiológico. Tomemos como ejemplo el caso de un
psicofármaco que se vende mediante receta médica en
cualquier farmacia, como es el caso del clorhidrato de
metilfenidato de nombre comercial Ritalín®.
Está definido como un estimulante ligero del sistema
nervioso central. Cuando se usa terapéuticamente para
vencer la narcolepsia (carac-terizada por somnolencia diurna,
episodios de sueño inhabituales y pérdida del tono
muscular voluntario), las reacciones secundarias y adversas
pueden ser las siguientes: Sistema nervioso central y
periférico: Nerviosismo e insomnio son los efectos
indeseados más comunes al principio del tratamiento y
suelen controlarse reduciendo la dosificación y dejando de
tomar el medicamento por la tarde o la noche. La pérdida
de apetito es frecuente pero pasajera. También pueden
producirse cefaleas, somnolencia, vértigo, discinesia,
dificultades de la acomodación y visión borrosa. Se
han reportado casos aislados de hiperactividad, convulsiones,
calambres musculares, movimientos coreoatetoides, tics o
exacerbación de tics ya existentes y síndrome de
Tourette. Se han registrado casos aislados de psicosis
tóxica (a veces con alucinaciones visuales y
táctiles) que remitieron al cesar la administración
de Ritalín. También se han registrado casos de
depresiones transitorias aunque no se ha establecido un nexo de
causalidad definido. Tracto gastrointestinal: Pueden aparecer
molestias abdominales, náuseas y vómitos al
principio de la terapia y pueden aliviarse tomando alimentos al
mismo tiempo. Aparato cardiovascular: Taquicardia, palpitaciones,
arritmias, cambios en la presión arterial y la frecuencia
cardiaca (generalmente un incremento) y angina de pecho. Piel y/o
reacciones de hipersensibilidad: Erupción, prurito,
urticaria, fiebre, artralgia, alopecia. En casos aislados
púrpura hemorrágica, dermatitis exfoliativa y
eritema multiforme. Otras: Es posible que se reduzca
moderadamente el aumento de peso y se retrase un poco el
crecimiento en la estatura de los niños en el tratamiento
prolongado. (3) Así es que, después de revisar la
historia clínica de un paciente que sufre narcolepsia, el
terapeuta decidirá si vale o no la pena que su paciente
afronte las reacciones secundarias que lo librarán de la
narcolepsia. Tolerancia: Tolerancia se define como la necesidad
de un aumento en la dosis para producir un efecto
dado.

Esta necesidad se genera porque la
mayoría de las interacciones entre un receptor y una droga
eventalmente producen el fenómeno de
desensibilización: continuas o repetidas administraciones
de un droga producen progresivamente un efecto menor. Entre los
complejos mecanismos involucrados en este fenómeno se
encuentran la eliminación de los receptores de la membrana
celular después de la exposición prolongada a un
agonista, o el paso del receptor a un estado refractario (no
responsivo) en presencia de un agonista, en cuyo caso la
activación no se lleva a cabo. La desensibilización
es un fenómeno reversible. Aunque la recuperación
de los receptores requiere horas o días, puede agilizarse
con la administración de un antagonista. dependencia
físicaEs la alteración del estado
fisiológico que se produce ante la exposición
repetida de ciertas drogas y que provoca la necesidad de seguir
consumiéndola con el fin de prevenir la aparición
de un síndrome de abstinencia. Esta alteración
supone el desarrollo de cambios biológicos en los que
dichas drogas se integran de alguna manera al funcionamiento
habitual del cerebro. Por ello se le conoce también como
neuroadaptación.

De acuerdo al doctor Brailowsky (1), un
experto en neurociencias, el desarrollo de la dependencia no
supone forzosamente que el individuo tenga determinados problemas
psicológicos para que se vuelva adicto, puesto que se han
identificado factores genéticos que hacen a ciertas
personas más susceptibles a desarrollar dependencias
específicas a ciertas drogas y no a otras. Síndrome
de abstinencia: Es la respuesta física de un organismo
ante la retirada abrupta del suministro de ciertos
fármacos. La intensidad de esta respuesta puede variar
dependiendo tanto del grado de habituación, como de las
características de la droga. La presencia o ausencia de un
síndrome abstinencial es el mejor indicativo para
determinar si una droga genera o no dependencia física, ya
que no todas la producen. Hay algunas que sólo generan lo
que se conoce como dependencia psíquica.
¿Qué son las endorfinas y cuál es su
relación con la dependencia y el síndrome de
abstinencia?

Investigaciones recientes han lanzado nueva
luz sobre la naturaleza bioquímica de la dependencia. En
el interesante libro del Dr. Charles F. Levinthal, Mensajeros al
paraíso (5) se narra la historia del descubrimiento
prácticamente simultáneo de los llamados receptores
opiáceos. En 1973 tres laboratorios en Nueva York,
Baltimore y Uppsala. informaron de manera simultánea e
independiente acerca del asombroso descubrimiento de los
receptores opiáceos específicos en el cerebro
humano. Se les llama opiáceos a los derivados del opio
como heroína, morfina y codeína. La existencia de
receptores específicos para estos químicos,
sugirió que el cuerpo humano debería producir sus
propios opiáceos internos, ya que era difícil
pensar que los receptores de dichas substancias estuviesen
allí sólo para actuar en combinación con los
opiáceos provenientes del exterior del organismo. Dos
años después un par de investigadores ingleses
encontraron algunos de esos opiáceos internos
aislándolos en cerebros de cerdos. Los primeros
opiáceos internos fueron cadenas de péptidos que
recibieron el nombre de encefalinas, del término griego
para designar al cerebro.

Posteriormente se encontraron cadenas
más grandes de péptidos que resultaron ser 40 veces
más poderosas que la encefalina y 100 veces más que
la morfina. A éstas y otras sustancias similares que
fueron descubiertas posteriormente se les llamó
endorfinas, queriendo dar a entender que eran morfina internas.
Las endorfinas son neurotransmisores químicos que cruzan
el espacio llamado sinápsis entre las células
cerebrales para estimular los receptores de las células
vecinas. La ubicación de los receptores opiáceos
sugiere la manera en que los opiáceos, ya sea internos o
externos, ejercen su efecto. Básicamente se les encuentra
en el cuerpo calloso del cerebro que es el núcleo de la
mayor parte de las emociones fuertes como miedo, ira, amor y
depresión; y en el tálamo medio que transmite al
cerebro los impulsos de dolor que se generan en el cuerpo. Debido
a ello los opiáceos pueden interferir con las
señales de dolor corporal y también pueden tener
efectos sobre las emociones fuertes. Se cree que cada receptor es
específico para un tipo de substancia; esto es, que
sólo responde ante cierto tipo de agentes químicos.
Los receptores de endorfinas responden no sólo ante ellas,
sino ante todos los derivados naturales y sintéticos del
opio. A éstos últimos se les conoce como opioides y
se usan bastante en la medicina contemporánea, como es el
caso del fentanil y la metadona. El número de tipos de
receptores en el cerebro virtualmente puede ser ilimitado. A la
fecha se han descubierto receptores específicos para otras
substancias externas además de los opiáceos y los
opioides, como es el caso del diazepam (Valium®). La
teoría actual para explicar la dependencia física a
los opiáceos sostiene que las endorfinas pueden actuar de
la misma forma que las hormonas. Cuando el cuerpo detecta altas
concentraciones de alguna hormona, la glándula pituitaria
encargada de producir las substancias que provocan la
liberación de hormonas, suspende la producción. De
la misma manera, cuando las concentraciones detectadas son bajas,
esta glándula eleva sus funciones.

De acuerdo con esta teoría, cuando
una endorfina artificial, como la heroína por ejemplo,
comienza a instalarse en los receptores de los opiáceos
internos, provoca una especie de engaño cerebral y el
cuerpo se va con la finta. El sitio donde se producen las
endorfinas recibe un mensaje destinado a detener la
producción. Cuando ésta se suspende y al mismo
tiempo se retira la heroína, el sistema enfrenta una
carencia repentina del neurotransmisor químico. Los
centros de producción de endorfina no pueden activarse con
la rapidez suficiente para enfrentar el déficit y entonces
aparece lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
Sólo a través de un nuevo envío de
heroína se puede obtener un alivio rápido. En esta
teoría está implícita la posibilidad de que
el uso reiterado de heroína, provoque a largo plazo un
desequilibrio crónico en la producción natural de
endorfinas, lo cual podría explicar el ansia de un
consumidor consuetudinario cuando se le retira la droga. El
descubrimiento de las endorfinas junto con sus receptores ha
sugerido también otras hipótesis bastante
interesantes. La primera propone que la tendencia hacia el uso
reiterado de cualquier opiáceo puede reflejar una
deficiencia cerebral de endorfinas. Quizá sea posible que
"la personalidad con tendencia a la adicción", como la
llaman los psiquiatras, sea producto de un déficit en la
producción natural de estos neurotransmisores. Esta
hipótesis pueden confirmarla bastantes "primerizos" a
quienes la iniciación con algún opiáceo les
ha resultado desagradable, mientras que a cualquier persona que
padezca un dolor crónico, de inmediato le resulta un
alivio. Avram Golstein ha trazado una analogía con un
diabético incapaz de decir que exista una necesidad
física de insulina: Si la insulina estuviese disponible
(tal vez en un mercado ilícito), la gente normal la
hallaría muy desagradable, pues causaría
hipoglucemia, debilidad, mareos, etc. Pero los diabéticos
descubrirían, con su primera "dosis", que se sienten
normales por primera vez en sus vidas, y ciertamente
llegarían a cualquier extremo para conseguir insulina de
allí en adelante… La morfina experimentalmente
administrada es desagradable para muchos sujetos normales, por
contraste con los efectos euforigénicos en los adictos.
(5)

Otra teoría parte de una inquietante
pregunta: si las endorfinas nos libran del dolor y nos
proporcionan placer ¿por qué entonces no nos
volvemos adictos a nosotros mismos? La respuesta tentativa es que
las cantidades en que normalmente actúan las endorfinas
humanas están "a distancia sideral" de las cantidades de
morfina o heroína que llegan al cerebro desde afuera; de
tal manera que cuando el cerebro detiene su producción de
endorfinas, se acostumbra a la presencia de los excedentes y
comienza a depender cada vez más de la fuente externa. Al
ir en aumento esa dependencia, se crea un círculo vicioso:
puesto que la producción interna se ha cortado, dejar de
abastecerse resulta inaceptable para el cerebro. Presumiblemente
es por eso que, durante los periodos de abstinencia, el adicto
puede llegar a sufrir verdaderos tormentos debido a las
sensaciones físicas y psicológicas. dependencia
psíquica?

Significa que un individuo ya no puede
sentirse confortable o relajado sin el consumo de una droga. Este
mecanismo tiene poco o nada que ver con el cuerpo, pero mucho con
los sentimientos de temor, dolor, vergüenza, culpa, soledad,
ansiedad, etc. En estos casos la droga se usa para olvidar los
problemas que deberían ser resueltos. En virtud de ciertos
antecedentes (abandono, abuso sexual, soledad) algunas personas
están más predispuestas que otras a adquirir una
dependencia mental hacia el uso de ciertas drogas. (Ver
más al respecto en el apartado de
Adicción)

¿Todos los usuarios de drogas
llegan a desarrollar dependencia física y/o
psíquica?

Definitivamente no. Hay un gran porcentaje de
personas capaces de auto regularse y tener un consumo moderado de
drogas psicoactivas. También hay muchas personas que las
prueban una sola vez o en algunas pocas ocasiones y no vuelven a
consumirlas nunca más. Esto se
muestra claramente en las
estadísticas de consumo, pues no todos los que responden
afirmativamente a la pregunta de si han probado substancias
psicoactivas alguna vez en su vida, responden lo mismo cuando se
les pregunta si lo han seguido haciendo o si lo han hecho en el
último mes. Los porcentajes son muy altos para el primer
caso en relación a los que han seguido con el consumo.
diferencia entre hábito, dependencia y adicciónLa
Convención de Ginebra de 1925 dio origen al Comité
Permanente, que posteriormente se transformó en
Comité de Expertos en Drogas que Producen
Toxicomanía (según la traducción oficial de
Naciones Unidas el término equivalente en castellano para
la palabra addiction es toxicomanía). Una de sus tareas
era definir addiction, cosa que para la Convención de
Ginebra de 1931, todavía no lograba hacer
satisfactoriamente.

Ante
las diversas presiones, varios años después se
optó por hacer uso de una referencia expuesta en un
pronunciamiento de
la Organización Mundial de la Salud.
Con ella el Comité de Expertos distinguía las
drogas productoras de hábito de las drogas productoras de
dependencia. La adicción se definió entonces como:
Estado de intoxicación crónica y periódica
originada por el consumo repetido de una droga, natural o
sintética, caracterizada por: Una compulsión a
continuar consumiendo por cualquier medio.

Una
tendencia al aumento de la dosis. Una dependencia psíquica
y generalmente física de los efectos. Consecuencias
perjudiciales para el individuo y la
sociedad. (6) Por
contraposición, el simple hábito era "un estado
debido al consumo repetido de una droga, un "deseo" y no una
compulsión, con "poca o ninguna tendencia al aumento de la
dosis y cierta dependencia psíquica, pero sin dependencia
física", cuyos efectos en "caso de ser perjudiciales se
refieren sobre todo al individuo". Ninguna de las definiciones
fue aceptada por la comunidad de toxicólogos ya que ambas
carecían de requisitos lógicos y elementos
cuantificables. Las distinciones entre deseo y compulsión,
tendencia y poca tendencia, intoxicación crónica y
estado debido al consumo repetido, resultaban a todas luces
"retóricas y no científicas". Aunque el
Comité no ha sido capaz de justificar, ya no digamos
fundamentar en términos científicos, las
recomendaciones y decisiones de la máxima autoridad
internacional, no por ello las substancias prohibidas han dejado
de estarlo y se sigue dando por sentado que todo el mundo se
refiere a lo mismo cuando utiliza las palabras adicción y
adicto. (Consultar otras definiciones y conceptos al respecto en
el apartado dedicado a la Adicción) En la actualidad, la
definición más comúnmente aceptada es la de
la American Psychiatric Asociation ofrecida por primera vez en
1994, que ya no utiliza el término de adicción sino
el de dependencia. Dependencia a una sustancia: Patrón mal
adaptado de abuso de una sustancia que produce trastornos o
dificultades físicas importantes desde un punto de vista
clínico, siempre que se manifiesten tres (o más) de
los factores abajo expuestos en cualquier momento, dentro de un
periodo de 12 meses:

1.
Tolerancia, definida en cualquiera de los siguientes
términos: a) Necesidad de consumir una cantidad
notablemente superior de la sustancia a fin de conseguir la
intoxicación o el efecto deseado. b) Efecto marcadamente
menor con el uso continuo de la misma cantidad de una sustancia.
c) Consumo de una sustancia (o en su defectoo, otra de la misma
clase) a fin de evitar los síntomas de
abstinencia.

2.
Abstinencia, definida en cualquiera de los siguientes
términos: a) Síndrome de abstinencia
característico de la sustancia. b) Consumo de una
sustancia (o en su defecto, otra de la misma clase), a fin de
evitar los síntomas de abstinencia.

3.
Consumo de una sustancia a menudo en grandes cantidades o durante
periodos de tiempo más largos de los pretendidos
inicialmente.

4.
Existencia de un deseo persistente o de esfuerzos inútiles
por reducir o controlar el uso de la sustancia.

5.
Empleo exacerbado del tiempo en actividades relacionadas con la
obtención de la sustancia (p.e.acudir a muchos
médicos o conducir largas distancias), su consumo (p.e.
fumar encadenadamente) o la recuperación de sus
efectos.

6.
Abandono o reducción de actividades importantes de
carácter social, ocupacional o recreativa derivadas del
uso de la sustancia.

7.
Consumo continuado de la sustancia a pesar de conocer la
existencia de un problema persistente o recurrente, ya sea de
índole física o psicológica, que con toda
probabilidad ha sido motivado o exacervado por la sustancia (p.e.
el consumo habitual de cocaína, independientemente de
saber que produce depresiones, o el consumo continuado de bebidas
alcohólicas a pesar de saber que ello empeora una
úlcera).

Se
diagnosticará abuso de una sustancia con dependencia
fisiológica si hay
pruebas que demuestran la existencia de
tolerancia o abstinencia. Se diagnosticará abuso de una
sustancia sin dependencia fisiológica si no hay pruebas de
la existencia de tolerancia o de abstinencia. se puede adulterar
una drogaA raíz de la prohibición, la avaricia de
los narcotraficantes imposibilita cada día más la
obtención de sustancias puras, ¿por qué
ganar menos vendiendo un buen producto cuando se puede ganar
más adulterándolo sin peligro de ser sancionado por
las instituciones de salud?

En el
mundo de la
venta y la reventa de fármacos prohibidos,
presidido por el lucro, el engaño y la traición, el
consumo puede pagarse con la muerte. Las drogas pueden
adulterarse con un sinfín de elementos que van desde
sustancias inocuas hasta neurotoxinas que provocan daños
físicos irreversibles o compuestos químicos
insolubles que ocasionan la muerte de quienes las usan por
vía intravenosa. Es pues verdaderamente necesario estar
alerta sobre el origen y la pureza de las drogas ilegales cuando
se pretende consumirlas. Existen diversos medios, algunos
empíricos y otras químicos, para constatar la
pureza de una droga (ver el apartado de "formas de
adulteración" en las páginas de los diferentes
psicoactivos). En algunos países es posible adquirir un
reactivo llamado Marquis, consistente en ácido
sulfúrico y formaldhehido. Las instrucciones de este
producto explican que, después de verter el contenido de
la botella en una pequeña cantidad de la droga a analizar,
el reactivo se vuelve violeta con los opiáceos y
amarillo/naranja/marrón con las amfetaminas y drogas
similares. La ausencia de color indica que ninguna de ellas
está presente.

Clasificación las drogas a nivel
científico

A
pesar de la enorme variedad en los efectos de las distintas
drogas, tanto a nivel médico como a nivel empírico
se acepta que existen tres clasificaciones principales:
-Psicolépitcos (depresores o drogas de paz): comprenden
las sustancias que determinan relajación y
depresión de la actividad mental e incluyen los
hipnóticos, sedantes o ansiolíticos, los
neurolépticos o antipsicóticos, los solventes
industriales y el
alcohol, así como los derivados
naturales y sintéticos del opio. -Psicoanalépitcos
(estimulantes o drogas de energía): éstos aumentan
la actividad mental y nerviosa como el tabaco, las amfetaminas,
metamfetaminas y los derivados amfetamínicos; la coca, la
cocaína y el crack; y los antidepresivos.
-Psicodislépticos (enteógenos,
psiquedélicos, visionarios o drogas de excursión
psíquica): sustancias químicas capaces de producir
fenómenos mentales no ordinarios, como alteraciones de la
sensopercepción, del humor y de la conciencia; como en el
caso de la ayahuasca, el peyote, los hongos psicoactivos, el
cornezuelo y sus respectivos alcaloides (harmalina, DMT,
mezcalina, psilocina, psilocibina, LSD); y los
alucinógenos propiamente dichos que son el del grupo de
solanáceas psicoactivas a las que pertenece la belladona,
el beleño, la mandrágora, el toloache y el
floripondio. A estas tres clasificaciones principales se suman la
de entactógenos, drogas de síntesis o drogas de
diseño como la MDA, MDMA o Éxtasis; la de
anestésicos tradicionales como el óxido nitroso,
éter y cloroformo, y anestésicos disociativos para
la ketamina y la fenciclidina. Por último encontramos al
inclasificable cáñamo consumido en forma de
marihuana y hachís

Clasificación de las drogas a
nivel legal

Los
fármacos sujetos a control internacional por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentran
divididos en cuatro Listas (4): En la Lista I figuran aquellas
sustancias que están totalmente prohibidas, excepto para
fines científicos y médicos muy limitados.
Aquí se encuentran las llamadas drogas duras (opio,
morfina, cocaína, heroína), junto a las llamadas
drogas de diseño (MDA, XTC) y las sustancias más
inocuas para el organismo como los visionarios (mezcalina, LSD,
psilocina, psilocibina, DMT). Todas ellas sólo pueden ser
manejadas por personas debidamente autorizadas en centros
médicos o científicos bajo la fiscalización
directa de los gobiernos y con su aprobación expresa. Las
disposiciones de esta lista, que son muy estrictas, someten
cualquier otra actividad, como la fabricación, el
comercio, la distribución o la posesión, a permiso
especial y autorización previa, siempre bajo la estrecha
supervisión del gobierno. La exportación o
importación de estas sustancias está prohibida,
excepto mediante procedimientos muy específicos en los que
exportador e importador han de estar autorizados por las
autoridades competentes. Por su parte, las Listas II, III y IV
del Convenio Internacional comprenden todas las drogas que se
venden bajo receta médica como los barbitúricos,
ansiolíticos, amfetaminas, estimulantes sintéticos,
etc. Estas listas disponen que cada una de las partes ha de
aplicar medidas específicas de fiscalización
establecidas por el Convenio, así como otras medidas que
se consideren adecuadas para limitar a fines médicos o
científicos, la fabricación, la exportación,
la importación, la distribución, el almacenamiento,
el comercio, el uso y la posesión. Las sustancias
enumeradas en estas listas pueden exportarse o importarse,
fabricarse o distribuirse únicamente mediante permisos
otorgados por los gobiernos u organizaciones de
fiscalización similares.

Por
supuesto, para que la
población pueda aprovechar los
efectos terapéuticos de esas sustancias, los
médicos pueden expedir recetas, con sujeción a las
prácticas y normas médicas adecuadas, en particular
en cuanto al número de veces que se pueden despachar, la
duración de su validez, el etiquetado correcto y las
advertencias necesarias. enteógeno: Es un neologismo
acuñado en el año 1979 por un equipo de
investigadores formado por Robert Gordon Wasson, Jonathan Ott,
Albert Hofmann y . Ruck. Proviene de la raíz griega theos
(dios), el prefijo en (dentro) y el sufijo gen (que despierta o
genera)., y que por tanto viene a significar: "el que genera dios
en mí". Desde un punto de vista etnológico, es un
concepto adecuado para referirse a las sustancias de origen
vegetal que el ser humano ha consumido a lo largo de toda la
historia, tales como los hongos Claviceps purpurea (precursor de
la LSD), la Amanita muscaria o las diferentes variedades de cuyos
principios activos son la psilocina y psilocibina; los cactus
como el peyote o el sanpedro que contienen mezcalina; la bebida
ceremonial llamada ayahuasca preparada con dos tipos de plantas
que contienen alcaloides de la harmala y DMT, etc. En
opinión del antropólogo e investigador Josep
María Fericgla: Es preferible el término
enteógenos a cualqueir otro de los propuestos hasta ahora
(psicodélicos, psicotomiméticos,
psiquedélicos, psicodislépticos,
alucinógenos, etc.) Durante toda la historia de la
humanidad se han consumido enteógenos con una actitud de
profundo respeto y con la finalidad de autoinducirse estados de
éxtasis que permitieran al ser humano el contacto con
aquello que de profundo, trascendente y misterioso tenemos. Es
decir, lo que se condensa en la categoría
arquetípica de "divinidad".

En
medios científicos especializados de todo el mundo es un
neologismo cada día más aceptado y usado, a pesar
de la discusión general de conceptos de "divinidad"… se
trata de una categoría etnológica más que
teológica… Incluso de habla ya de "enteología"
(el estudio de los enteógenos) y de "enteobotánica"
(estudio de las plantas con efectos enteógenos). (9)
visionario : Es otro término que se utiliza para denominar
a los enteógenos. Investigadores tan reputados como los
Shulguin o Antonio Escohotado, señalan que las
experiencias místicas o extáticas sólo son
un potencial y no una garantía del uso de este grupo de
psicoactivos. Adicionalmente Escohotado encuentra que el
término entéogeno "es más ideológico
que
objetivo y recuerda excesivamente el ámbito de lo
religioso"; dado lo cual se inclina por la palabra visionario,
que le parece suficientemente secularizada o laica. Según
explica: "la visión es una visión privilegiada del
acontecer… cuando alguien dice que ha tenido una visión
se refiere a que sintió o percibió lo que esa
persona intuía que se podía percibir o sentir sobre
cierto asunto, dejándose de lado todo subjetivismo". (10)
Dejar de lado todo subjetivismo parece imposible, pero dentro de
las gradaciones entre lo más subjetivo y lo menos
subjetivo, quizá visionario sea menos subjetivo que
enteógeno y sobre todo más genérico, ya que
incluye las experiencias del conjunto de personas que no llegan a
experimentar estados que puedan calificarse como místicos
o espirituales dados los parámetros
convencionales.

El
Objetivo principal de
la investigación en inmunoterapia es
el de encontrar un recurso que impidan que la cocaína
llegue al sistema nervioso central. Al igual que en el resto de
Europa, en el Estado el consumo se concentra sobre todo en los
jóvenes de 15 a 34 años, perfectamente integrados
en la sociedad y que han incorporado la cocaína como
instrumento de socialización y para un aumento de la
duración e intensidad de la diversión en su tiempo
de ocio. En mayores de estas edades, el consumo es igualmente
importante. Según la última Encuesta Domiciliaria
2007-2008, el 2,9% de los jóvenes de 15 a 34 años
ha consumido cocaína en los últimos 30 días,
frente al 1,6% de la población adulta. Los datos revelan,
no obstante, una estabilización del consumo de
cocaína en este sector de la población. Se trata de
un consumo de carácter esporádico y recreativo,
asociado a salir de marcha, las discotecas, la noche y el fin de
semana. Es frecuente que hay consumo oculto en el exterior de los
locales de ocio. Este grupo de población gasta una media
de 30 euros por sesión de consumo y, entre ellos, es
más frecuente salir por la noche y alargar más las
salidas nocturnas, indica el informe. No obstante, la tasa de
continuidad no es muy alta, y sólo uno de cada cinco
ciudadanos que probaron la cocaína hace un año la
han consumido en los últimos 30 días y sólo
el 4% es adicto. De las casi 800 muertes que se producen al
año relacionadas con consumo de drogas, en el 69% se
detecta cocaína. La cefalea es la complicación
más frecuente y el informe también alude a los
problemas psiquiátricos frecuentes que se dan entre los
consumidores de cocaína.

 

 

 

 

Autor:

Claudia Cecilia Pinelo
Alamo

Partes: 1, 2
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